Cuando vas por la calle con un cello, los perros pequeños te ladran y los grandes se asustan, ley de vida. ¿Te quedas en casa de unos amigos que tienen un gato? Lo más probable es que encuentre en tu caja el lugar ideal para echar la siesta. ¿Y tenéis ensayo de cámara? Será tu asistente siguiendo la partitura general 🙂


Pa-ta-ta
¿Qué ocurre cuando nos juntamos un montón de cellistas con instrumento incluido? Pues que hay que hacer una foto aérea que si no, no entramos todos. ¡Y no te digo nada en un escenario!

Cellos y aviones
¡Aquí habría material para escribir un libro! Algunas de mis anécdotas preferidas:
-La frase «pon la tuba en la bodega»
-La camiseta anti-preguntas-de-aeropuerto de Steven Isserlis

-La inspección de seguridad que me hizo un melomano holandés, con preguntas como «qué cello toca actualmente Yo-Yo Ma» (emmm?)
-La camisa de fuerza que Air Canada le puso a mi cello camino de Banff, no fuera a ser que saliera por patas y se fuera a explorar mundo (Amit Peled lo grabó y acabó en The Strad)

¿Tenéis alguna anécdota para completar la lista? 🙂
