La noche de San Juan en terras meigas siempre ha sido especial. Hay quien reserva sus «sardiñas» diez días antes, quien (en años no pandémicos) acampa en la playa durante toda la tarde para asegurarse el huequecito para su hoguera y muchos jugamos a ser floristas y preparamos ramos con las siete hierbas.
Éste año las playas estaban cerradas, pero una luna enorme iluminó el «meigas fora», comimos sardiñas y el día siguiente nos lavamos la cara con herbas de San Xoán, -para que non te trabe cobra nin can-.

El Ramo de San Juan
Lo primero es buscar las hierbas de S. Juan: salvia, romero, helecho, rosa, flor de S. Juan, hierba de S. Juan, laurel… Aunque la rosa no aparece en muchos de los listados «tradicionales», para mí es de las flores indispensables porque añade su fragancia característica al agua de S. Juan con la que nos lavaremos la cara la mañana siguiente.

Uno de los listados tradicionales de las hierbas de S. Juan:




Sardinas
Luego es el turno de las tradicionales sardinas mientras Sophie pone ojitos para conseguir las raspas. (El truco del chef: dejar las sardinas cubiertas en sal gorda unas horas antes).

Lume!
No había playa pero sí fuego 🙂 La tradición es saltar las llamas 7 o 9 veces, depende de la región.

Agua de San Juan
Y la mañana del 24 nos lavamos la cara con el agua de S. Juan.
¡Feliz S. Juan!
